Declaración de La Voz de los de Abajo ChicagoTierra y Territorios: Campesinos y Pueblos Indígenas en Honduras siguen bajo ataque
Del 26 de febrero al 11 de marzo de 2017, La Voz de los de Abajo organización con sede en Chicago, coordinó una delegación a Honduras de miembros y dirigentes de organizaciones de derechos humanos, de justicia ambiental, de jóvenes y estudiantes, religiosas, sindicales y solidarias, para la conmemoración del aniversario del asesinato de Berta Cáceres Flores.Nuestra delegación se reunió con defensores hondureños de derechos humanos y con organizaciones y comunidades que defienden los derechos a la tierra y a los territorios, entre ellas COPINH, la CNTC y OFRANEH. El propósito de esta declaración es destacar y denunciar ejemplos específicos de violaciones a los derechos humanos y las amenazas, violencia y acciones contra las organizaciones mencionadas y contra los defensores hondureños que los acompañan. También reafirmamos enfáticamente nuestra oposición al financiamiento por el gobierno de Estados Unidos que contribuye a la militarización y al clima de inseguridad y violencia en el país. Destacamos también que la investigación sobre el asesinato de Berta debe incluir la investigación de posibles vínculos con el ejército estadounidense de algunos de los acusados de su muerte. Los testimonios que recibimos durante esta delegación confirman los informes de otras organizaciones internacionales de derechos humanos de que existe una colusión preocupante entre las élites locales y nacionales, los proyectos hídricos y mineros, el crimen organizado y el aparato estatal.
COPINH y la comunidad de Río Blanco, Intibucá Un año después del asesinato de Berta Cáceres, su familia y su organización continúan exigiendo una investigación seria, independiente del gobierno hondureño, sobre quién ordenó, planificó y llevó a cabo el asesinato. Los líderes y miembros del COPINH (Consejo Cívico de los Pueblos Indígenas de Honduras) informan que continúan recibiendo amenazas de daño físico, atentados contra sus vidas y amenazas de criminalización contra la organización. Visitamos la comunidad de Río Blanco donde se encuentra el proyecto hidroeléctrico DESA. Los miembros de la comunidad relataron sus experiencias de ser atacados físicamente, amenazados y acosados por empleados de DESA y por fuerzas policiales y militares debido a su oposición al proyecto DESA Agua Zarca. Expresaron su temor de nuevos ataques. Nuestro grupo también asistió a una conferencia de prensa en Tegucigalpa el 1 de marzo de 2017 para Suyapa Martínez del Centro de Estudios de la Mujer en Honduras (CEM-H). La Sra. Martínez es una defensora de derechos humanos acusada de difamación por la empresa constructora DESA en relación con el asesinato de Berta Cáceres. Cabe señalar que es ampliamente difundido, declarado públicamente e publicado en Honduras que algunos representantes del DESA en sus más altos niveles amenazaron directamente a Berta y deben ser investigados. Algunos empleados de DESA de nivel inferior están entre los arrestados en el caso de Berta. Aunque un juez rechazó recientemente los cargos de difamación, el caso de la señora Martinez es considerado como un ejemplo más de intentos de intimidar y silenciar a los defensores de derechos humanos, abogados y periodistas. También se considera parte de un intento descarado de silenciar el llamado a una investigación independiente del asesinato de Berta Caceres.
La CNTC y la comunidad "9 de Julio" en La Paz. Nuestro grupo visitó la comunidad de la CNTC (Centro Nacional de Trabajadores del Campo) en Tutule llamada "9 de Julio". Esta comunidad ha sido desalojada 26 veces, al menos 3 veces con violencia, incluyendo la más reciente el 13 de enero de 2017. Los miembros de La Voz también visitaron la comunidad después de un desalojo violento previo en mayo de 2016. Estos desalojos se caracterizaron por asaltos masivos con gases lacrimógenos y con policías y unidades militares disparando munición real a los campesinos. El 13 de enero, Víctor Vázquez, presidente del Consejo Indígena de Simpinula, La Paz, y líder de la organización Lenca MILPAH en La Paz, recibió un disparo en la rodilla mientras observaba y grababa video del desalojo. Al mismo tiempo, un miembro del grupo campesino sufrió una seria lesión en la mano por un proyectil de gas lacrimógeno disparado directamente contra los campesinos y una mujer de la comunidad sufrió un aborto involuntario.
En el desalojo en mayo de 2016, dos miembros de la comunidad CNTC sufrieron heridas de bala. Este reciente desalojo ocurrió antes de que se recibiera una decisión judicial por un recurso presentado a principios de enero por el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos (COFADEH) y otros representantes legales de los campesinos. La tierra estaba abandonada y en barbecho hasta que el grupo campesino, formado por familias jóvenes sin tierra, comenzara a trabajarla. Ellos construyeron un sistema de agua, sembraron cultivos de hortalizas para desarrollar la producción agrícola sostenible y construyeron pequeñas casas con jardines de flores. Fue entonces cuando una de las élites locales, Carlos Arriaga, empezó a reclamar la tierra. Arriaga es un pariente del alcalde de la ciudad de Tutule, Will Guevara, quien ha estado presente en varios desalojos. Tras el desalojo del 13 de enero, Arriaga apareció en la televisión nacional denunciando a las familias campesinas y pidiendo al gobierno hondureño que lo ayudara a deshacerse de ellas. Han habido algunas negociaciones con Arriaga pero él ha insistido en que los campesinos tendrían que comprarle la tierra a precios exorbitantes por acre para reembolsarle por "mejoras". Sin embargo, la tierra es "ejidal" o tierra pública elegible para la distribución a los sin tierra. Los campesinos han hecho mejoras significativas en la tierra, ademas de que han tenido que reconstruir sus casas y replantar cultivos en numerosas ocasiones. Este caso es emblemático de la situación del campo para los campesinos, sobre todo en las regiones indígenas del país donde los miembros de la élite económica y política están vinculados al poder político y están interesados en los ingresos que pueden recibir de los mega-proyectos mineros y hidroeléctricos. Organizaciones campesinas como la CNTC piden que se ponga fin a la criminalización de los campesinos (hay miles en el sistema de justicia penal por "delitos de tierra") y hay necesidad de una nueva reforma agraria integral para resolver la urgente necesidad de miles de campesinos pobres y sin tierra para para cultivar. Sin tal reforma y un fin a la represión hay poca esperanza de lograr una seguridad en términos de alimentación o de la integridad física de los que viven en el campo.
OFRANEH y la comunidad de Barra Vieja La comunidad Garífuna de Barra Vieja, cerca de Tela, Atlántida, ha existido por más de 100 años como una de las 48 comunidades garífunas localizadas en la costa norte de Honduras. La comunidad mantiene su lengua materna y su cultura económica y social. A partir de 2007 las elites económicas y políticas comenzaron a tratar de desplazar a la comunidad de 127 personas para desarrollar proyectos de mega-turismo en las playas prístinas del área de Tela. Líderes de la comunidad dijeron a nuestra delegación que a partir de 2013 estos intentos se hicieron más agresivos ya que el exclusivo Indura Beach Resort y Golf Club (ahora conectado a la cadena Hilton) fue construido en tierra que también formaba parte de Barra Vieja y otras comunidades cercanas. Vimos la estación de guardia con guardias armados y una cerca que corre hasta el borde del agua y evita que los aldeanos puedan acceder a la playa o las palmeras (manaca) que necesitan para renovar sus casas. Los y las estudiantes jóvenes de Barra Vieja no pueden caminar la distancia más corta a lo largo de la playa para llegar a su escuela en la aldea siguiente y tienen que conseguir el transporte o caminar una distancia larga y desprotegida para llegar a la escuela. En 2014 se emitieron órdenes de desalojo contra la comunidad. La policía intentó desalojar a la comunidad en abril de 2014 sin éxito y en septiembre de 2014 un gran contingente de policías y militares fuertemente armados entró en la comunidad obligando a los residentes a salir de su casa. Varios residentes ancianos murieron en los días después del desalojo, mientras muchos residentes volvieron otra vez para recuperar sus hogares y la tierra. OFRANEH expuso el hecho de que la propia orden de desalojo no cumplía con los requisitos legales y también que es un hecho que el artículo 169 de la Organización Internacional del Trabajo, que protege los derechos de las comunidades indígenas, se aplica a los garífunas de Honduras. Los cargos de robo de tierras contra los líderes y residentes de Barra VIeja fueron anulados en la corte, pero los funcionarios y promotores no han renunciado a los esfuerzos legales y extrajudiciales para desplazar a la comunidad; Muchos de los aldeanos han abandonado temporalmente sus hogares debido a las constantes amenazas y acoso.
Consideramos que estos tres casos son indicativos de las crisis de derechos humanos en curso en Honduras que se apoyan en la impunidad y la intimidación. Hay otros casos serios que no podemos tratar hoy en esta declaración. Hemos visto la declaración del vicepresidente estadounidense Pence después de la visita del presidente Hernández a Estados Unidos el 23 de marzo de 2017. Nuestra experiencia y la experiencia de las personas y organizaciones hondureñas que conocemos, contradicen la afirmación del Sr. Pence de que ha habido "importantes avances que ha hecho Honduras en los últimos dos años" en el fortalecimiento de la seguridad ciudadana, y en contra de la corrupción, y seguiremos trabajando para detener la ayuda militar y de seguridad de Estados Unidos que compra balas y gases lacrimógenos para su uso en contra el pueblo hondureño.
La Voz de los de Abajo Chicago27 de marzo de 2017
Chicago, Il EUA
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