Military chases group of mostly young women,
beats man with them
[Español abajo]
Tegucigalpa,
Honduras - At 6:20pm on November 30th, 2017 along the Boulevard
Centroamérica in Tegucigalpa three members of the La Voz de los de Abajo international
human r
ights observation delegation saw a group of seven soldiers from the
Honduran armed forces running a full speed after a group of 6 young women and
one man, yelling “we’re going to get you, you’re done once we do you sons of
bitches!” We ran after them and caught up with them in from of a gate to a home
on the side of the road where they were in the midst of beating the man while
his wife was pleading for his life. After hearing the shouts of “international
human rights observers, leave them alone,” the military stopped, but one
soldier started to swing his baton towards one of the international human
rights observers aggressively, stopping halfway and then cursing before heading
back down the hill. The man’s head was left bloodied and he and his wife and
the other young women were all traumatized. As we accompanied them back down
the hill, three security guards at a business along the route informed us that
one of the soldiers had demanded they give him their shotgun, and when he
refused, had his life threatened. Luckily, the security guards were behind a
locked gates and the military decided to continue back down the hill and rejoin
their regiment rather than try to force entrance.
Protester just after being beat by military |
Militares persiguen a
grupo de mujeres y golpean a hombre que las acompaña
Tegucigalpa, Honduras – A las 6:20pm el 30 de noviembre del
2017, por la Boulevard Centroamérica en Tegucigalpa tres personas de la
delegación internacional de derechos humanos de La Voz de los de Abajo vieron
un grupo de siete soldados de las fuerzas armadas de Honduras quienes corrían a
toda velocidad detrás de un grupo de 6 mujeres jóvenes y un hombre, gritándoles
“¡Les vamos a agarrar hijos de puta, y cuando los tenemos están hechos!” Los
perseguimos y los alcanzamos frente el portón de una casa al lado de la calle
donde estaban en pleno proceso de golpear al hombre mientras su esposa les
rogaba que no lo mataran. Después de oír los gritos de “¡Derechos humanos
internacional, déjelos!” los militares pararon, pero uno de ellos hizo un
movimiento agresivo con su bate como si iba a golpear a uno de los observadores
de derechos humanos, deteniéndose poco antes de hacerlo y luego diciéndole
groserías antes de volver a bajar la cuesta. La cabeza del hombre quedó sangriento
y él, su esposa y las otras mujeres jóvenes estuvieron todas traumatizadas. Mientras
les acompañamos al bajar la cuesta, tres guardias privadas de seguridad en la
ruta nos informaron que uno de los soldados les habían exigido que le prestaran
uno de sus fusiles, y que cuando se les negaron dicho uso, le amenazaron la
vida. Por suerte, las guardias se encontraban detrás de un portón cerrado con
candado y los militares decidieron seguir bajando en vez de tratar de entrar
por la fuerza.
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